El festival italiano de Sanremo

La música conecta los sentidos y las emociones. Vuelve el tiempo para traer los recuerdos, los más mínimos detalles que conecten con los afectos.

Por Hernando De Cillia | @hdecillia

El winkofon y la música de Sanremo.
El winkofon y la música de Sanremo.

El winkofon estaba en la pieza de mis hermanas. Siempre la curiosidad estaba en ir y poner los discos que estaban al alcance de la mano. Yo era chico, tenía entre seis o siete años.

Aquella tapa de San Remo 1969 tenía una chica en bikini en la portada, como tantos otros discos de esa época. Pero la novedad estaba en la primera pista, el primer tema. Por eso cuando escuché el arranque de esa imponente melodía que sonó a lo grande, fue tan fuerte la impresión que quedó grabada en mí para siempre.

La orquesta con violines y acordes bien armónicos presagiaba un inicio a pura emoción. Entonces Zingara comenzó tan profunda como inolvidable para mí:

«Prendi questa mano, Zingara
Dimmi pure che destino avrò
Parla del mio amore
io non ho paura
Perché
Lo so
Che ormai
Non m’appartiene.

Guarda nei miei occhi
Zingara
Vedi l’oro dei capelli suoi
Dimmi se ricambia
Parte del mio amore,
Devi dirlo
Questo Toca a te»

Bobby Solo – Zingara

Bobby Solo era el intérprete que cantaba ese tema. Fueron junto a Iva Zanicchi los ganadores de San Remo ‘69. Pero para mí sólo había uno que unía esas opciones: eran Zingara y Bobby Solo. Es más, las confusiones me acompañaron durante mucho tiempo, con una historia que no era tal. Y que tuvo un lamentable desenlace. Un participante que no ganó el festival y se mató por la frustración, después de dejar una carta. Durante mucho tiempo pensé que era Bobby Solo. Pero eso fue anterior, en 1967, cuando Luigi Tenco se quitó la vida en la habitación 129 del Hotel Savoy de San Remo tras ser eliminado del festival.

San Remo 1969: Boby Solo junto a Iva Zanicchi.
San Remo 1969: Boby Solo junto a Iva Zanicchi.

La música y las conexiones

Esa fue mi primera conexión con la música italiana.

Mis hermanas tocaban la guitarra y cantaban en las celebraciones de la Iglesia San Alfonso. Eleonora y Alexandra tenían muy buena voz, cantaban muy bien. Hacían un buen contrapunto, Alex era la voz más grave, Leo era el complemento, un poco más alta. Y la verdad es que sonaban muy bien, con mi mamá coordinando todo como integrante de la Liga de Madres, al igual que mi abuela.

La música en casa sonaba con una conexión friulana. Las canciones de Treppo se escuchaban seguido, es más, nos llegaron durante mucho tiempo, incluso hasta en cassette. A mi papá le encantaba Milva. Distintiva y señorial. Pero también Mina, con ese «Parole, Parole, Parole» que hasta el día de hoy pone la piel de gallina. De Iva Zanicchi ya la recuerdo de más grande, más cercana en el tiempo. Pero también fue inconfundible escucharla cantar «La Riva Blanca, la Riva Negra«.

Cuando les pregunté a mis hermanas cuáles se acordaban, Alex mencionó enseguida a Rita Pavone, en «La cima de la montaña». «La escuchaba papá mientras nosotras estábamos sentadas en el comedor. Él cantaba y seguíamos las canciones con las palmas». Eleonora nombró a Milva: «Era la preferida de papá». ¿Y mamá, pregunté?: «Le gustaban las canciones románticas y de Pavaroti -señaló Alex-«.

Modugno, Carrá y otros cantantes

Con el tiempo fueron muy famosos en la Argentina Domenico Modugno (El maestro del violín), Nicola Di Bari (Gitano, Trotamundo), Raffaella Carrá (Rumore, Para enamorarse bien hay que venir al sur) y mucho más cerca en el tiempo, Eros Ramazzotti (La cosa más bella, Otra como tú, Cosas de la Vida).

Domenico Modugno – Il Mastro di Violino

Un tema, una canción, una melodía

La música conecta los sentidos y las emociones. Vuelve el tiempo para traer los recuerdos, los más mínimos detalles que conecten con los afectos. Así los años se acortan, como las distancias.   

Entonces, cada uno de ustedes tendrá un tema, una canción, una melodía que los acercará a sus afectos y seguro los emocionará.

¿Recuerdan cuáles fueron esos temas que de chicos los conectaron con Italia?

Yo lo tengo muy presente y no tengo dudas, para mi fue: ¡Zingara!

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