Está reconocido en el Libro Guinness como el de mayor superficie y es un motivo de orgullo para sus habitantes. Historia de una tradición con más de 40 años.

Por Mariano Cattaneo | @macattaneo

El árbol de Gubbio es una tradición con más de 40 años.
El árbol de Gubbio es una tradición con más de 40 años.

Pocas tradiciones generan tanta emoción como el armado del Árbol de Navidad. Ensamblarlo pieza a pieza y verlo adornar los hogares durante las últimas semanas del año es sinónimo del espíritu de las fiestas, que invade el mundo cada diciembre.

Con ese mismo sentido, y para darle la mayor magnitud posible a esta tarea, los habitantes de Gubbio, un pequeño pueblo de la región de Umbria, arman desde hace más de 40 años el Árbol de Navidad más grande del mundo.

El árbol, que llega a cubrir una montaña, está oficialmente reconocido por el Libro Guinness como el de mayor superficie y es un motivo de orgullo para todos los habitantes de la localidad.

Inicios de la tradición

La tradición se inició el año 1981 cuando a unos vecinos de este pueblo medieval de la provincia de Perugia se les ocurrió realizar un árbol de Navidad iluminado que cubriera el Monte Ingino, al lado de sus hogares.

Diez años después de haber comenzado con el armado, les llegó el reconocimiento y la fama mundial, al ser oficialmente considerado por el Libro Guinness como el árbol de Navidad más grande del mundo.

De acuerdo con los datos que publican los organizadores en el sitio web oficial, se trata de un árbol de más de 650 metros de alto y 350 de ancho. Cubre un total de más de 130 mil metros cuadrados y sólo la estrella que lo corona tiene más de mil metros cuadrados.

Cubre un total de más de 130 mil metros cuadrados y sólo la estrella que lo corona tiene más de mil metros cuadrados.

Un árbol cada vez más famoso

En el armado se utilizan un total de 950 luces: 250 delinean la figura de la estrella, 300 la figura del árbol y otras 400, multicolores, completan el conjunto.

La iluminación es colocada cada año por los miembros de la asociación que se dedica al montaje del árbol, en una tarea que requiere dedicación y pericia. Dicha labor se ha convertido en una ocupación especializada, realizada por quienes son llamados “alberaioli”.

Sobre los detalles del trabajo de estas personas se ha realizado incluso un documental, que lleva como título “Alberaioli”. Para graficar esta complejidad basta mencionar, por ejemplo, que para el tendido hacen falta más de 7500 metros de cables eléctricos y más de 2100 horas de trabajo.

El encendido: un acontecimiento especial

Con el transcurrir de los años, el árbol de Gubbio fue pasando de ser una tradición entre vecinos a convertirse en un símbolo conocido en toda Italia e, incluso, fuera de las fronteras del país.

Como parte de las costumbres que se generaron a su alrededor, el encendido del árbol suele ser un acontecimiento que despierta gran atención.

Cada 7 de diciembre, una personalidad especialmente elegida es la designada para poner en funcionamiento los centenares de luces. 

El Papa Francisco encendiendo el árbol de Gubbio, año 2014.
El Papa Francisco encendiendo el árbol de Gubbio, año 2014.

Ya han formado parte de esta ceremonia desde el síndaco de Gubbio hasta los papas Benedicto XVI y Francisco, pasando por el expresidente de la Repubblica Italiana Giorgio Napolitano, la actriz Maria Grazia Cucinotta, o miembros de las organizaciones Save the Children y Médicos sin Fronteras.

Este año, el encendido estará a cargo de la Presidenta de la Región Umbria, Donatella Tesei, y será transmitido en vivo por las redes sociales de la organización.

Sustentabilidad y colaboración

Las dimensiones de la obra podrían suponer un gran consumo energético, con su correspondiente impacto en el medio ambiente. Sin embargo, este aspecto también ha sido considerado.

Con el objetivo de sumarse al cuidado del planeta, los organizadores lograron que la mayoría de la energía consumida sea renovable, con el suministro proveniente de una represa cercana.

En el armado se utilizan un total de 950 luces.
En el armado se utilizan un total de 950 luces.

Por otro lado, el atractivo del árbol generó que muchas personas quisieran colaborar con la iniciativa. Por ello se impulsó la iniciativa “Adoptá una luz” (Adotta una luce)

Con una donación simbólica de 10 euros, cualquier persona, desde cualquier lugar del mundo, puede adquirir una determinada luz del árbol de Navidad, para dedicársela a quien quiera.

Incluso se puede dejar un mensaje, que luego se comparte en el sitio oficial, y que permite sumarse a esta tradición que llena de color la Navidad italiana y que se convirtió en un récord mundial.

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