El 6 de enero se celebra la festividad de origen religioso que en Italia tiene como protagonista a una señora que sobrevuela las casas y les deja a los niños caramelos o carbón. Orígenes de la tradición.

El 6 de enero es el día de la Epifanía, una festividad de origen religioso, que en Italia tiene como principal protagonista a la Befana. Se trata de un personaje fantástico que encarna una señora anciana que sobrevuela durante la madrugada los hogares de Italia y visita a los niños: si se portan bien, les deja caramelos y regalos, en cambio, si se portan mal les deja carbón y cenizas.
La Befana y los Reyes Magos
Pero, ¿cuáles son los orígenes de la festividad y cuál es el vínculo con los Reyes Magos? ¿por qué se celebra la Fiesta de la Befana en Italia? El término “Befana” viene del latín “epiphanĭam”, que procede del griego y significa «manifestación» o «nueva conciencia».
La palabra Epifanía indica, para los cristianos, la revelación del Niño Jesús a los Reyes Magos, Gaspar, Baltasar y Melchor, que acudieron a Belén para adorar a Jesucristo como niño, ofreciendo tres regalos: oro, incienso y mirra. El primero símbolo de la realeza, el segundo de la divinidad y el tercero de la muerte y resurrección.

Según cuenta la leyenda que recogen varios medios, un día los Reyes Magos guiados por una estrella emprendieron su viaje a Belén para llegar hasta el Niño Jesús y ofrecerle sus regalos. Sin embargo, en el camino se encontraron con una señora a la cual pidieron información e inviaron a unirse al viaje. Pero la señora dijo estar ocupada y no se unió a los magos. ¿Qué pasó luego?
La anciana se arrepintió y comenzó a buscar a Gaspar, Baltasar y Melchor con regalos para el Niño Jesús, pero era tarde. Desde entonces, la leyenda dice que la Befana viaja en su escoba voladora a los hogares italianos para entregar los regalos que no pudo en aquel encuentro. Una tradición que se mantiene viva a lo largo de la historia y con ella la ilusión de los más pequeños.

El término «Befana» y otras leyendas
Con el paso de los siglos, la palabra Epifanía se convirtió en “pifania”, luego en “bifania”, de nuevo en “beffania” y como se conoce hoy: Befana. Sin embargo, los orígenes de la tradición están también relacionados a creencias paganas y tienen vínculo con antiguos ritos y con los ciclos estacionales de la agricultura. Es que, según la leyenda, en las doce noches siguientes al solsticio de invierno, época dedicada a la celebración del renacimiento de la naturaleza, se creía que figuras misteriosas femeninas sobrevolaban los campos para propiciar las futuras cosechas, guiadas por la diosa lunar Diana o la deidad Sàtia.
Fue entonces tiempo después, con la condena del cristianismo a la simbología pagana, que se fusionaron festividades cristianas y paganas, y la fiesta de la Befana se vinculó a la llegada de los Reyes Magos a Belén, algo que ocurrió también con otras celebraciones conocidas, como por ejemplo, la fiesta de San Juan, que celebra la noche más corta del año, el 21 de junio y que también pasó de ser una fiesta pagana a cristiana.
Purificación, limpieza y renacimiento
La Befana entonces representa el paso del año viejo al nuevo, motivo por el cual, en algunos lugares de Italia y de Europa se organizan hogueras para quemar los recuerdos del año terminó. También se dice que la escoba es un símbolo de purificación, limpieza y renacimiento.

Un día especial para los niños
La Epifanía se celebra cada 6 de enero con eventos, platos típicos y festivales. Para los niños es un día especial, porque la Befana, la anciana bruja y a la vez madrina, les lleva durante la noche del 5 y el 6 de enero, medias colgadas en la chimenea con dulces o carbón. A cambio la anciana recibe galletas, mandarinas, leche o hasta un vaso de vino, que los más pequeños a cambio le dejan para que la bruja voladora se refresque de hogar en hogar.
La epifanía en otros países
En países como España, Argentina, México o Uruguay, los niños esperan con ansia la llegada de los Reyes Magos y le escriben una carta. La noche anterior, la dejan al lado de sus zapatos con un poco de pasto y agua. Así, los Reyes, al ver número de zapatos, saben cuántos regalos dejar, un simbolismo que remorara su viaje a Belén para adorar al niño Jesús. En Filipinas, por ejemplo, se colocan lámparas con forma de estrella en las ventanas de las casas. Todos rituales especiales de una tradición que se mantiene encendida y muy viva sin importar el paso del tiempo.
*Este artículo fue redactado con información extraída de medios italianos.